Lo que queda de día
ya no me pertenece.
Vengo, amigos,
de cumplirme temprano y
puede echarse
la noche cuando quiera,
que yo ya
no haré más que velar
lo conseguido,
cifrarme en su
avaricia,
suma ya de su hallazgo,
ovillo de mi afán.
Dadlas, pues, a la noche,
esas de por demás, las
no vividas.
Horas que me sobraron
de juntar mi vivir en
una sola,
meridiana, en que cabe
todo lo por decir con
que se puede
dar así por vivido lo
nombrado.
Silencio es lo que queda, que no tiempo.
Callar es lo que toca
y, desvelado,
saberse en la certeza
de otro día
mientras la noche
cumple
con el pacto ruin de
sus conjuros.
De Ropa tendida. 2013
De Ropa tendida. 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario