miércoles, 22 de mayo de 2013

El huerto del cura


      

  La iglesia de Moreda tiene un huerto pequeño junto a la sacristía. Don Elino es un cura hortelano que no soporta el confesionario. Quiero confesarme, don Elino –le pides-. Ah, pues vente aquí al huerto conmigo, hijo –te dice-. Así, mientras yo sacho estas malas hierbas, tú me vas diciendo los pecados.  Con cada pecado que le cuentas, el cura arranca también una magarza o la raíz maldita de la ortiga. ¿Ves? –te alecciona- ¿Ves qué limpia que va quedando la tierra? Don Elino no pone penitencia. Don Elino sulfata los tomates con azufre y se los lleva luego al diablo que habita la cruz del pararrayos sobre el tejadillo. Y el diablo, que se llama Cipión, baja al huerto cada noche y se lo abona con su cagalera.

                                                                                      De Habas contadas, 2010

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